Hace algunos días, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, fue agredido por una persona durante una manifestación pública. El ataque fue realizado con un souvenir del Duomo, la catedral de Milán, que impacto de lleno en el rostro de Berlusconi, y le rompió la nariz y dos dientes, y lo mandó al hospital por varios días.
¿Y cuál es el lado turístico de todo esto? Que el souvenir se volvió ahora un objeto muy popular en la Navidad italiana. Se vende por 5 a 10 euros, y tras el ataque a Berlusconi su popularidad se incrementó significativamente. Desde ya, el souvenir adquirió una significación política particular, y no deja de ser un caso interesante de cómo ciertos eventos, incluso los violentos, pueden ser convertidos en productos comercializables. Y, en este caso, dar cuenta de que el souvenir puede, bajo ciertas condiciones, escapar a su condición de objeto únicamente dirigido a turistas.
Más sobre el tema en Yahoo! News y Gadling. La foto del Duomo de Milán fue tomada por Bernt Rostad y publicada en Flickr bajo licencia Creative Commons Attribution.