Los servicios de geoposicionamiento global son prestados usualmente por un sistema de satélites propiedad de Estados Unidos, originalmente lanzados con fines exclusivamente militares. Aunque para 1996, el gobierno estadounidense comenzó a permitir usos civiles del GPS, aunque los militares se siguieron reservando el acceso a las lecturas más precisas. Justamente, ese matiz militar del uso del GPS ha llevado a otros países a lanzar sistemas propios o comenzar a planificarlos, como los casos de China y Rusia.