
- por Jorge Gobbi
Algunos años atrás había un tipo de entradas en los blogs sobre viajes que solían ser muy visitadas por los lectores y eran potencialmente muy monetizables: las extensas guías sobre la visita a un determinado destino o región. Eran entradas que solían tomar mucho tiempo, e implicaban un largo tiempo de elaboración, síntesis y organización. Eran el producto de viajar de manera bastante extensa por ciertos destinos; a veces, el producto de varios viajes. Para los lectores era una buena oportunidad para encontrar todo organizado en una única publicación; y para los bloggers una forma de reutilizar, con otra presentación, material desperdigado en múltiples publicaciones. También se vinculó mucho con una tendencia de los 2000, y que ahora se revela nefasta: escribir más para los algoritmos del buscador de Google que para los lectores.
Esas mini guías de viaje terminaron siendo contenido que sirvió para entrenar a los modelos de lenguaje de las empresas que desarrollan programas de Inteligencia Artificial Generativa, y atraen ahora muy pocos visitantes. Es fácil decirlo con el diario del lunes, claro, pero es bastante deprimente saber que el contenido mejor elaborado en un blog sobre viajes cada vez es más fácilmente reemplazable por una consulta en sitio de IA.
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Los problemas de la información
La deriva de muchos bloggers de viajes hacia otras plataformas de publicación -Instagram y Youtube, en particular- fue una respuesta bastante obvia frente a la crisis de los blogs y su modelo concentrado en la información. En particular la información consolidada a través de un largo tiempo de trabajo. La IA todavía no es tan efectiva en cuestiones como noticias muy recientes, pero es cuestión de tiempo que también cubra ese espacio. Esa crisis del modelo informativo va más allá de los blogs, claro. Los medios digitales no paran de buscar estrategias para detener la caída de la cantidad de visitantes, y para ello el tipo de contenido que crean es cada vez menos valioso desde lo informativo y se vuelca más al entretenimiento

La publicación en plataformas como Instagram se dirigió más hacia el involucramiento emocional entre creadores de contenidos y usuarios. El tema ya no pasaba por la información. Lo relevante era compartir un modelo aspiracional: vivir de viaje, por ejemplo. Y por «vivir» podemos pensar tanto lo experiencial como lo monetario. Pero eso implicaba otros retos, como la necesidad de modificar constantemente las estrategias de publicación por los cambios de Instagram y por el enorme poder de los algoritmos a la hora de definir cuán popular iba a ser nuestro contenido. Algo que TikTok lleva incluso a puntos más extremos.
Y si bien es cierto que ya hay avatares virtuales e incluso crear uno basada en tu aspecto físico es bastante fácil, podemos esperar que a la Inteligencia Artificial Generativa le tome bastante más tiempo crear textos con carga emotiva para cualquier tipo de contenidos. Suponemos lo va a terminar haciendo, pero por ahora es bastante lo informativo es mucho más abordable por los modelos estadísticos que conocemos como LLMs (Large Language Models). Y ni que decir que estos «avatares virtuales» todavía tienen por detrás mucho trabajo humano en cuanto a diseño y
Un futuro generativo
Al menos por ahora las plataformas de IA siguen creando guías de viaje relativamente estándar. Pero ya son capaces de hacer recomendaciones basadas en búsquedas muy específicas y orientadas a segmentos determinados. Los resultados que se pueden obtener de ChatGPT o Gemini son muy mejorables, pero son claramente superiores a los que podíamos obtener un año atrás.
La migración hacia plataformas tipo Instagram y Youtube para los creadores de contenidos sobre viajes se completó hace un tiempo, salvo realmente no te interese estar en esos espacios. Hay otras alternativas que en mi caso fui explorando, como un newsletter en Substack, donde cada tanto hago algún envío. Mi impresión es que ese espacio hace tiempo se transformó en un refugio de ex bloggers que no quieren darse por rendidos con la idea de crear contenidos en modo texto -aunque la verdad Substack tiene cada vez más herramientas de video, en particular, y un soporte bastante básico en audio.
Y a medida que la Web se convierte en un páramo sin visitas, abandonada incluso por Google, queda claro que las comunidades de lectores se pueden construir en otros espacios, como los newsletters. Podríamos sumar aquí a las redes sociales pero ya sabemos que ahí los seguidores cada vez importan menos, y que las visualizaciones se definen via algoritmos. El foco no pasa ya tanto por lo informativo. Va más por el análisis o lo emocional. En parte porque eso es lo que funciona en las redes en la actualidad; y en parte porque podemos hipotetizar que la IA va a tardar más en ofrecer buenos resultados por esos lados.
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2 comentarios en «Las idas y vueltas del contenido sobre viajes»
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Así es, la web cada vez tiene menos gente a costa de las redes sociales, pero curiosamente lo que más disfruto consumiento está en webs, y lo que pago está en substack.
Supongo que una cosa es captar atención y otra que paguen por ello.
Si, definitivamente hoy «llamar la atención» pasa por otros lados que no son el informativo. El vínculo más emocional o por lo aspiracional es algo que se puede construir más en las redes sociales. En cuanto a la monetización, parece pasar más por mode